viernes, 17 de abril de 2015

MÁS PODER PARA LOS MANDOS INTERMEDIOS. Noticia propuesta por: Antonio García Ramírez



No hay vuelta atrás; los empleados piden a gritos un cambio con mayúscula a sus organizaciones. Un cambio que arranque desde la misma cultura empresarial e incida en los procesos de trabajo, flexibilidad, conectividad y colaboración. Y lo demandan rápido. Así lo confirma un estudio de Ricoh Europe, según el cual el empleado europeo afirma que sus procedimientos de trabajo están obsoletos. "Si para el 81% de los altos directivos el talento es prioridad, en los segundos y terceros niveles directivos no son capaces de materializar o desplegar una estrategia para potenciar al empleado dentro de la organización", asegura Francisco Puertas, director de Talento y Organización de Accenture Strategy.


Salón de esparcimiento para empleados de Google España

Esta carencia está motivada, en opinión de Pilar Jericó, presidenta de Be Up, en que "esos mandos intermedios no tienen el poder de ejecución de los directivos y, por otro lado, se encuentran muy cerca del empleado. El máximo ejecutivo ha de empoderar de verdad a los segundos y terceros niveles y confiar en ellos".
La fuerza del management enfocado al empleado empieza a ganar terreno al focalizado en el cliente/consumidor. "Si los empleados no consiguen vivir su empresa y no respiran sus valores, será muy difícil que sepan trasladar lo mejor de ésta al cliente. Desde Accenture trabajamos la experiencia con el empleado desde tres ángulos", afirma Francisco Puertas, director de Talento y Organización de Accenture Strategy: satisfacción del trabajador por su marca empleadora, propuesta de valor que hace para el empleado y nivel de satisfacción de éste en los procesos, en su experiencia diaria".
"En uno de nuestros parques, una niña se acercó a Campanilla y le contó que su mamá estaba en el cielo" relata el manager senior de Walt Disney, Juan Gorricho. "La empleada, disfrazada de este personaje, llevaba una estrella en la mano y le dijo en el espectáculo de esa noche estuviera atenta porque le mandaría esa estrella a su mamá. Ésta es nuestra experiencia de identificación del empleado con lo que transmitimos".
El desarrollo profesional se convierte así en la primera exigencia que demanda el empleado por delante incluso del salario, aunque este es el aspecto con el que menos satisfechos reconocen estar, según la encuesta Merco Personas 2014. En este sondeo los trabajadores valoran la promoción interna, los valores éticos y profesionales de la empresa, y la motivación y reconocimiento; por encima de aspectos como la relación con sus jefes o el liderazgo de sus directivos. Así entre las 100 compañías con más talento de España destacan Inditex, Repsol, Iberdrola, Banco Santander, BBVA, Telefónica, Google, ESIC, IE, Mercadona, Apple y Nestlé.
Otra de las reivindicaciones más acuciantes del empleado es la mejora tecnológica dado que, en su vida privada y, en términos generales, manejan un nivel informático de PC, móviles, tabletas o aplicaciones muy superior al que gozan en su puesto de trabajo. "En 2020 más del 40% de los trabajadores serán nativos digitales por lo que las empresas han de variar sus políticas de conectividad o el talento irá allá donde se lo ofrezcan", asevera Puertas.
"La cultura presencial está agotada", sentencia Enrique Dans, profesor de IE, "y se impone trabajar por objetivos. Esto requiere dos medidas algo drásticas en la reorganización de la oficina: suprimir el papel para que ninguna mesa sea de nadie y sustituir el mobiliario por espacios abiertos. Cepsa ha dado un gran paso al introducir un modelo de oficina abierta sin papeles y se está trabajando con mucha más satisfacción. Una satisfacción que aumenta en las capas más jóvenes".
Y es que las grandes compañías han de afrontar, de igual forma, el enorme desafío que supone integrar las carreras y desarrollo de tres generaciones de empleados que en estos momentos conviven en su ámbito: Generación baby boomer (1943-64), Generación X (1965-1976) y Generación Y (1977-94). "Para potenciar su relación laboral", añade Dans, "se está trabajando en nuevos baremos de medida en productividad y cumplimiento de objetivos. Así hay menos satisfacción en las compañías que continúan empleando correos electrónicos frente a las que han cambiado por plataformas tipo slack, yammer o cotap, que generan entornos de colaboración más productivos". 

Ref.bibliográfica: http://economia.elpais.com/economia/2015/02/27/actualidad/1425051031_502902.html

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