jueves, 23 de mayo de 2013

Reflexión personal

La formación como fuente de motivación.

De todos es sabido que la formación profesional <<debe ser una actividad continua, que ha de durar durante toda la vida profesional del empleado y cuya finalidad ultima es lograr que el trabajador se adapte a los cambios, se prepare para desempeñar funciones distintas y adquiera capacidades para hacer frente a la movilidad funcional>>.

La formación profesional no es más que un salvoconducto del trabajador, un salvoconducto para abrir nuevas puertas, nuevos conocimientos y una nueva meta y futuro. El trabajador se prepara para desempeñar funciones distintas o, quizás, simplemente para ahondar en el conocimiento de las no tan nuevas. Refuerza sus aptitudes, sus conocimientos, sus habilidades. De ahí que el trabajador ante la incertidumbre de lo que le pueda deparar la adquisición de nuevos conocimientos se motive.

La motivación es un factor fundamental para la salud del trabajador y de la persona que se encuentra bajo ese puesto de trabajo. La motivación es la que hace que el trabajo no sea más que un mal necesario para poder vivir. Lo hace ver de forma distinta. Hace que todo sea más llevadero. El trabajador motivado es un trabajador que es positivo, que está abierto a nuevos conocimientos, nuevos emprendimientos, nuevas tareas y porque no también a un nuevo futuro donde perfeccionar su puesto de trabajo con los nuevos conocimientos adquiridos en la formación.

Todo conocimiento motiva al individuo y como fuente de motivación es necesaria en esta crisis que actualmente estamos pasando. Los trabajadores parados. Si, parados. Trabajadores de toda la vida pero que se encuentran parado en contra de su voluntad por la escasez de trabajo se encuentran sin motivaciones, sin esperanza, sin aspiraciones a un futuro distinto que el que a diario sufren. Los cursos de formación profesional pueden ofrecerle una perspectiva muy distinta.

Pueden mantenerles en mentes alejados de esos pensamientos e inquietudes, pueden distraerles, enseñarles, formarles ante nuevos conocimientos e incluso ilusionarle un poco en tanta desilusión. Una formación puede reforzar sus conocimientos y ante nuevos conocimientos pueden venir nuevas expectativas de futuro. Y, quizás, lo más importante, nuevas oportunidades de trabajo en el trabajo que tanto escasea hoy día.

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