Thomas Bordage acudió a la sede central de
Apple París sin saber por qué le habían llamado. Quizás incluso se trataba de
un ascenso. Al fin y al cabo se tomaba muy en serio su trabajo en Apple Opera e
incluso alargaba su jornada laboral 20 minutos los días en que había mucho
trabajo.
Todo lo
contrario. Apple quería advertirle de que si no cambiaba la costumbre de hacer
horas extra habría consecuencias, quizás incluso el despido. Bordage explica
que la reunión con los directivos de la compañía tecnológica fue «un poco
tensa» ya que para la empresa estos 20 minutos de más «no estaban
justificados».
La historia viene
de lejos. El sindicato francés SUD llevó a los tribunales a Apple por el abuso
reiterado de sus trabajadores, que debían quedarse siempre más allá de las 9 de
la noche en sus puestos de trabajo, la hora de cierre. Y Bordage es uno de los
sindicados más activos de la empresa.
La noticia, que
no pasa de lo anecdótico, sirve para ilustrar que la cultura del presentismo
que rige las relaciones laborales en España es insólita en el resto de Europa.
España es uno de
los países europeos que más festivos tiene, pero también es donde más horas se
trabaja, según un informe de la Comisión Nacional para la Racionalización de
los Horarios Españoles.
El problema,
según el presidente de este organización, Ignacio
Buqueras, está en el concepto trabajar, que en España «se confunde con estar
sentado en el puesto de trabajo y no con producir». «Los europeos tienen la
idea de que sus compañeros del Sur y concretamente los españoles trabajan poco
y disfrutan de muchas fiestas. A poco que fuéramos más productivos y
olvidáramos la cultura del presentismo, podríamos disfrutar aún más del tiempo
de ocio, de nuestra familia y amigos», ha señalado Buqueras.
Buqueras cree que
la productividad no radica en las horas de trabajo empleadas sino en la
«eficiencia» en el trabajo. «Lo que hay que optimizar es el tiempo que uno
trabaja», concluye.
El líder de la
Comisión de Racionalización de los horarios se declara en contra de estas
tácticas ya que «cuantas más horas estén las personas en las oficinas y los
almacenes mas gasto generan».
Recuerda que en
España somos lideres en horas de trabajo pero estamos a la cola en productividad.
«Nosotros cosideramos que la cultura del presentismo es tercermundista. Lo que
hay que hacer es utilizar bien el tiempo».
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ResponderEliminarMe ha llamado la atención el título de la noticia porque da lugar a confusión y puede llegarse a pensar que verdaderamente se le está despidiendo por hacer horas de más.
ResponderEliminarEn este caso, la empresa se dirige directamente al trabajador para comunicarle su desacuerdo en esa prolongación de su jornada (que él mismo ha decidido). Un proceso de comunicación que resulta un poco tenso y que puede incluso causar un conflicto que posteriormente deberá ser resuelto a tiempo.
Basándome en el Modelo de Liderazgo Situacional y conociendo poco el método de trabajo de esta empresa podría llegar a pensar que este no es más que un problema ocasionado por la conducta del líder. En mi opinión se trata de un líder con estilo S4 que delega la responsabilidad a los subordinados cuando lo que debería hacer es optar por un estilo S1, dando instrucciones específicas y claras sobre las tareas que tienen que desempeñar, indicándoles exactamente qué hacer y sobre todo cómo y cuándo.
El caso de España sin embargo creo que dista bastante de este. En España no se tiene claro lo que es realmente trabajar y se piensa que con el acto de presencia basta y lo peor de todo es que esto se consiente y no se hace por solucionar. Hay una falta de motivación generalizada, una falta de motivación bastante mayor que en el resto de países que nos rodean. Disfrutamos de muchas fiestas y trabajamos más horas que otros pero, ¿son esas horas de trabajo comparables con las de nuestros vecinos? Creo que no porque la fuerza de nuestra motivación (intensidad) nada tiene que ver con la de ellos.
El hecho de hacer horas extra o no, depende de la necesidad de ello por parte de la organización. Vemos que en este caso, las horas extra cumplidas por Thomas Bordage no estaban justificadas, pues en este tiempo realizaba tareas que se podrían cumplir durante el horario normal. Sin embargo, realizaba estas tareas fuera del horario normal, con lo cual veo razonable la reacción de la empresa, con la amenaza del despido, pues el desempeño de un puesto de trabajo debe tener como objetivo alcanzar un nivel de eficiencia que permita alcanzar la productividad deseada, pero si esta productividad se va a alcanzar de forma ineficiente, no sería lo más deseado por parte del líder. Así que también, añadimos que en esta actitud del empleado, influye la actitud neutral del líder al no advertirle que al realización de las horas extra no producía una mayor productividad y que por tanto, no favorecía a la organización empresarial. El empleado debe optimizar el tiempo efectivo del trabajo.
ResponderEliminarcomentario de: Jihan Hadji