martes, 7 de mayo de 2013

¿QUÉ PROCEDIMIENTOS EXISTEN EN VUESTRAS COMPAÑÍAS PARA PROPONER INICIATIVAS Y MEJORAS DE PROCESOS?


En épocas de crisis y necesidad es cuando Oviedo 2011 188las empresas deben cuidar más a las personas que trabajan para ellas. Es el momento de hacer o consolidad el equipo de verdad y ayudarse unos a otros. Las empresas están para tener ganancias, sin embargo, solo se conseguirán gracias al trabajo, empeño, esfuerzo e involucración de sus personas. El tener a las personas contentas con su trabajo supone que son más productivas. Parece que esta lección no queda clara en muchas empresas porque aun consideran a sus personas como un mero recurso. Son estas empresas que consideran a su capital humano clave cuando toca dar discursos de masas para vender la moto. En el mundo real, en las empresas, la realidad es otra y aplican el yugo y el despotismo que los responsables de cada departamento desarrollan para que sus trabajadores hagan lo que se les manda. Y nada más… y, como suelen decir, “el que no esté contento ya sabe dónde está la puerta”. Todos sabemos que esto no es ciencia ficción.
No podemos olvidar que las empresas están conformadas por personas que ocupan diferentes posiciones y que la adecuada coordinación y trabajo en equipo de todos los que la conforman la llevarán a alcanzar sus éxitos o no, en función de cómo sean esos parámetros que comentamos.
Las empresas deben creer y confiar en sus personas más que nunca. Esto se hace dejando que cada persona pueda desarrollarse lo máximo posible dentro de su área de trabajo, que puedan aportar mejorar y sugerencias sobre sus procesos de trabajo y que se les permita innovar para llegar al máximo de su potencial. Sin embargo, lo normal es que cuando una persona sobresalga en su área profesional por encima de sus compañeros y responsables, se le da un toque de atención para que no se salga del protocolo corporativo establecido. O lo que es lo mismo, se le da un toque de atención para que se limiten a realizar su trabajo y se le cortan las aportaciones. Al final, estas personas se “queman” y se limitan a realizar lo mínimo y necesario porque se dan cuenta que se lo valoran igual. En otras compañías, a las personas que aportan un valor extra, se les carga de trabajo porque les ven competentes y ni se lo agradecen ni recompensan de ninguna forma. El malestar es parecido, pues estas personas ven que sus otros compañeros de su mismo nivel, haciendo mucho menos, reciben lo mismo. Viven mejor y se les valora con el mismo rasero.
Las compañías tienden a valorar a las personas que aportan un valor extra demasiado tarde, que es cuando se han ido. Aunque lo peor es que algunas empresas no saben valorar el talento que han tenido porque les da igual tener a una persona que otra. Es decir, que no prima la calidad del trabajo realizado sino la cantidad y eso es muy triste.
Las personas no son iguales y las cúpulas directivas deben cuidar y valorar mucho más a las personas claves de sus compañías. Para empezar las tienen que tener identificadas. Las personas claves no son aquellas que hacen todo lo que se les manda y que no ponen nada en duda por miedo a la bronca. Las personas clave son aquellas que hacen su trabajo, que analizan los procesos, que buscan mejoras, que proponen nuevas actividades, que buscan soluciones a los problemas que surgen, que ayudan a cualquier compañero, que valoran por encima de todo el trabajo en equipo. Es decir, que da igual quien aporte las ideas o las mejoras. Lo realmente importantes es el avance que se consigue dentro de las organizaciones.
Muchas veces las personas que dirigen las organizaciones dicen que no pueden hacer nada al respecto con esas personas. Debemos tener claro y asumir que para conseguir resultados diferentes se deben hacer las cosas de otra forma. Y esto supone cambiar el enfoque y dar protagonismo a nuestras personas para que nos propongan iniciativas, proyectos y nuevas vías de negocio. Precisamente en esto supone ayudarles en su implementación. Porque algunas empresas cuando alguno de sus trabajadores propone algo interesante le dan el OK y eso supone que la persona que lo ha propuesto se tiene que encargar de todo el proceso a parte de su trabajo sin recibir casi ayuda de su compañía.
Las empresas deben cambiar “el chip” y potenciar que sus personas aporten, se involucren y participen. Obviamente esto no se consigue de un día para otro. Se debe implementar desde la dirección y esto supone aplicar la autocrítica y ver qué cosas se pueden y deben hacer mejor por parte de los máximos responsables. Las personas de las empresas deben ver esos cambios en hechos reales que demuestren que esa nueva filosofía tiene correspondencia de forma real.
Debemos hacer que esta crisis nos haga aprender y comencemos a realizar las cosas de forma adecuada para salir reforzados. Muchas empresas se han visto abocadas de forma obligada para sobrevivir a despedir a muchas de sus personas. Se han quedado con las más valiosas y eso supone cuidarlas más a pesar de sus dificultades. Todo comienza por conversar y escuchar más a las personas que forman parte de vuestras compañías.
Algunas empresas están predestinadas a desaparecer porque han omitido el potenciar el talento y han echado a las personas valiosas, quedándose en sus plantillas con las personas que no aportan nada y que se dedican a “dorar la píldora” a los jefes. Las empresas sobresalen gracias a sus personas pero no olvidemos, que son las mismas las que pueden hundirlas si se rodean de las personas inadecuadas.
Artículo de opinión; Juan Martínez de Salinas

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