jueves, 25 de abril de 2013

“El empleado valorado es el más motivado” BOB NELSON


La motivación es un ingrediente fundamental para la gestión del talento. De ella depende el correcto funcionamiento de cada “célula” del organigrama y, por consiguiente, el de toda la empresa. Pero, ¿cómo se consigue?... El reconocido consultor de negocios Bob Nelson ofrece algunas pistas.
Para cultivar la motivación hay que cuidar la forma en que los empleados ven la empresa. Esa percepción es determinante y se forma a partir de las experiencias que cada colaborador haya tenido en la interacción diaria con su empresa. De ahí partirá su nivel de compromiso o decepción.
Nelson explica que es imposible que un empleado se sienta identificado con su empresa si percibe que no es valorado correctamente,  y considera que pretender alcanzar su lealtad en estas condiciones es un truco que puede tener resultados adversos. “Si no se valora al empleado, no se puede involucrarlo más con la empresa”, enfatiza.
“No se trata de ser manipulador, ni decir: ¡qué buen trabajo has hecho! Quédate trabajando hasta tarde”. Los métodos ideales y sostenibles en el tiempo son aquellos que se basan en la honestidad y la comunicación estrecha. “Hay que demostrarle al empleado que realmente quieres que ellos se desarrollen y ellos mismos devolverán ese apoyo con productividad”.
Tampoco se debe olvidar la importancia del salario. Este es uno de los motivadores más importantes y uno de los medidores que utiliza el empleado para determinar cuánto es valorado. Bob Nelson afirma que “lo ideal es pagar bien, pagar lo mejor que se pueda”. Aún así, no se puede excluir el papel estimulante de las felicitaciones y de la participación en la toma de decisiones”.
“Hay que valorar al empleado por su buen desempeño, es decir, felicitarlos cuando hacen algo bueno”. Los subalternos valoran cuando se les felicita por su desempeño y notan cuando se ignoran su productividad, afirma el consultor.
Y es por ello que las empresas que relegan al salario los estímulos corporativos son objeto de las críticas del consultor. Aquellas que lo hacen sufren las sorpresivas renuncias de sus empleados.
“Lo que sucede es que las cosas han cambiado. No solo los salarios y aumentos son importantes, sino también el ambiente de trabajo. Si trabajas en una empresa que paga bien, el empleado se sentirá bien al principio, pero después de varios años va a decir que odia su trabajo, odia a su supervisor y preferirá irse. El dinero no lo va a mantener trabajando ahí”.
Es por ello que la motivación no tiene que ser excesivamente costosa. “Lo irónico es que, lo que más vale no es lo que más cuesta”, explica Nelson.
También recomienda preguntar la opinión de los colaboradores, agradecerles su trabajo, involucrarlos en las decisiones, apoyarlos cuando comenten algún error. “Hacerlos sentir parte de un buen espacio de trabajo y que se sientan respetados es lo ideal para motivarlos, a pesar del bajo salario”.
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EL HILO CONDUCTOR

Para que se expanda la “ola” motivadora en toda la empresa, especialmente en las que tienen muchos empleados, se necesita cultivar cualidades de liderazgo en cada uno de los niveles. Bob Nelson asegura que cualquiera puede asumir una actitud de líder, aunque su puesto no sea de alto nivel. “Un líder es alguien que se comporta como líder y demuestra liderazgo. El título de líder no te hace serlo, sino la forma como te comportas”, aclara. Este liderazgo a todos los niveles permitirá que la política motivadora pueda ser efectiva en cada una de las áreas y departamentos.

3 comentarios:

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  2. Está claro que el recurso más valorado de una empresa es el humano. El hecho de que un empleado esté motivado puede influir mucho en el rendimiento de éste, y por consiguiente en la rentabilidad de la empresa.

    Es necesario que el empleado se sienta identificado con la empresa y que sus objetivos y los de ésta vayan en la misma línea. Así, cuando los empleados consigan sus objetivos, tanto profesionales como personales, veremos también cubiertos los propósitos de la organización.

    Este es un tema en el que se está trabajando en los últimos años, donde se ha pasado de ver a los trabajadores como mano de obra a verlos como recursos humanos, formando parte de la empresa.
    En definitiva, aunque el salario sea una parte importante para permanecer en su puesto de trabajo, también lo son la flexibilidad, autonomía, buen ambiente, por lo que la empresa debe tener una comunicación adecuada con sus trabajadores que le permita formar empleados motivados y un gran equipo de trabajo.

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  3. De nuevo la motivación es el elemento clave del recurso humano de la organización, y en definitiva de la propia organización. “Para cultivar la motivación hay que cuidar la forma en que los empleados ven la empresa”. Efectivamente, ya que la forma en que los empleados ven la organización está estrechamente unido al trato recibido por parte de la misma, o del reconocimiento que haya supuesto el trabajo bien realizado, o la amabilidad y cercanía que el jefe haya tenido con el empleado, entre muchas otras circunstancias. Y todo ello va en relación con la propia motivación, pues un empleado bien motivado será aquel que tenga sus necesidades o expectativas cubiertas, y por ello realiza un esfuerzo mayor para la realización de su actividad.

    Ahora bien, como bien comenta Nelson “No se trata de ser manipulador, ni decir: ¡qué buen trabajo has hecho! Quédate trabajando hasta tarde”, pues esto no sería motivación, sería abuso, y aunque quizás en un primer momento el trabajador pueda verlo como modos de incentivación, no tardará en darse cuenta de la astucia del jefe, y por consiguiente, no tendrá motivación a la hora de realizar su labor. Hay que hacerle ver al trabajador que es la fuente principal de la empresa, que gracias a su labor es posible la buena evolución de la misma, y que tiene suficiente potencial como para conseguir todo lo que se le encomiende, pues sólo así el personal se esforzará y el empresario conseguirá la productividad deseada por parte de ellos.

    También Nelson nos habla del salario como una fuente de motivación, pero deja claro que no es la única, y de hecho se demuestra que en numerosas ocasiones (ya que hay muchos tipos de personas) el trabajador no está más motivado sólo porque su salario sea adecuado, sino por un conjunto de factores, como son la felicitación al trabajo bien hecho, el trato personal, el reconocimiento por parte de los compañeros, y un largo etcétera.

    Para finalizar me quedo con las palabras de Nelson, que desde luego dan para reflexionar: “la motivación no tiene que ser excesivamente costosa, lo irónico es que, lo que más vale no es lo que más cuesta”.

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