miércoles, 24 de abril de 2013

Reflexión personal. Clara Rodríguez.


Esta vez mi reflexión personal se va a centrar en la motivación, concretamente en la motivación de los funcionarios públicos.

Por todos es sabido que en España desde siempre se ha tenido la creencia generalizada de que los funcionarios disfrutan de unas condiciones de trabajo infinitamente mejores que el resto de trabajadores. Es cierto que cuentan con una serie de privilegios, como un sueldo superior o unas vacaciones mayores y esta es una cuestión que ha sido duramente criticada. Críticas que han provenido sobre todo de personas que claramente no son funcionarios, bien porque no pueden o bien porque no quieren. Personas que tienden a comparar la situación de éstos con la suya propia y que no llegan a plantearse los duros procesos selectivos por los que el funcionario  ha pasado para llegar a su puesto de trabajo.

En mi opinión, tan cierto es que hay funcionarios que no dan ‘’palo al agua’’ (normalmente son funcionarios con una tarea rutinaria, aburrida o que no está hecha para ellos) como que hay funcionarios honrados y que se merecen un respeto porque no hacen más que ‘’sacarnos las castañas del fuego’’ como por ejemplo, un bombero (y nunca mejor dicho).

Sobre los primeros, he de decir que es, en mi opinión, la propia falta de motivación la que los lleva a no desempeñar correctamente su trabajo. Además esta falta de motivación no solo es interna, ya que en muchas ocasiones hay personas que acceden al funcionariado por simple interés en mantener un puesto de por vida, sin importarles cuál es la función que realmente van a realizar y por tanto sin tener en cuenta si es la que les llena y complementa; sino que también es externa en tanto en cuanto no se les aplican sanciones estrictas por determinados comportamientos como sí que se hace en el caso de otro tipo de trabajadores.
Una falta de motivación que es fácilmente reparable. En mi opinión, desde el momento en que haces algo que realmente es tu vocación y observas lo beneficioso que es para los demás tu trabajo, adquieres la más importante fuente de motivación que una  persona puede tener: sentirte realizado y serle útil a los demás. 

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