jueves, 25 de abril de 2013

En busca del liderazgo perdido en las empresas locales


La tarea de un directivo de cualquier empresa se basa en desarrollar una destreza para reconocer problemas dentro del funcionamiento de un proceso o también en un trabajo.
Partiendo de la idea de que no hay trabajo sin problemas, Ronald Heifetz, académico de la prestigiosa Universidad de Harvard, distinguió dos tipos de problemas que acechan a los directivos. Los problemas técnicos y los problemas de adaptación.
Estos últimos son los que se generan cuando hay que cambiar creencias, comportamientos o modos de pensar en la compañía.
Siguiendo las ideas de Heifetz, los problemas técnicos tienen en general antecedentes previsibles y se resuelven con métodos, procedimientos o sistemas. En cambio, en los problemas adaptativos, la gente que los sufre es también parte del problema y de la solución al mismo tiempo.
Una investigación realizada en los Estados Unidos dirigida por John Alexander, fundador del Center for Creative Leadership, afirmó que el 43% de la demanda de los problemas directivos son de naturaleza técnica, 37%, adaptativos y un 20% son problemas críticos, que provienen de eventos inesperados, de cambios sociales, políticos y económicos.
A estas tres categorías hay que agregarles una cuarta: los problemas crónicos, que son aquellos que originalmente siendo técnicos, adaptativos o críticos, no se encaran o resuelven en un lapso razonable.

CONSIDERAR A LA GENTE

Con cierta frecuencia hay una tendencia muy evidente de querer asumir todos los problemas como si fueran de naturaleza técnica. En ese sentido, la complejidad del mundo actual en general nos juega en contra.
La evolución tecnológica tiende a darnos respuesta a todas las dificultades, pero no siempre nos ayuda a comprender que detrás de las aplicaciones más sofisticadas, siempre hay gente que tiene que estar dispuesta voluntariamente a hacer algo distinto.
Los problemas técnicos requieren "conocimiento" y por ello es el campo más fértil para los directivos actuando como profesionales de una cierta disciplina o administradores de métodos y procedimientos. En cambio, los problemas adaptativos, críticos y crónicos requieren "equilibrio, cooperación y conciencia" y éste es el campo de los directivos cuando actúan como líderes.
¿Cuál es el obstáculo para solucionar estos problemas? ¿Qué observamos en las empresas? El nivel profesional de nuestros directivos en la Argentina y en la región evidentemente ha mejorado en los últimos veinte años. Hoy tenemos directivos mejor preparados en los aspectos funcionales, que conocen de técnicas y que saben diagnosticar mejor los problemas que en épocas pasadas.
Pero en la gestión, hay "simplificaciones riesgosas". Muchos suponen que entender el origen de un problema es resolverlo. Pero todo problema se resuelve a través y con las personas, y ello requiere comunicación, la posibilidad de compartir una visión, capacidad de influencia y estímulo al aprendizaje para no repetir errores. Y eso es liderazgo.
Lamentablemente, en nuestras compañías hay más administradores que líderes, aparecen más especialistas que directivos con vocación de escuchar, de comprender, de ponerse en el lugar del otro, de asistir y de cooperar dentro de un equipo.

EL CONFLICTO ES NO ESCUCHAR

Cuando esto último no ocurre, los problemas crónicos pasan a transformarse en conflictos. Por otro lado, cuando estamos en presencia de directivos que a su formación técnica la han complementado con el desarrollo de competencias de liderazgo, la solución de los problemas es fuente de credibilidad.
Todos podemos alcanzar nuestro potencial de liderazgo. Las empresas que han descubierto que detrás de la dificultad de resolver problemas críticos y crónicos está la necesidad de desarrollar las competencias de liderazgo de sus directivos suelen ser las compañías más competitivas a pesar de la hostilidad del entorno que las envuelve.
La Argentina ha dejado de tener un entorno simple para la mayoría de las empresas y, por eso, requiere, cada vez con más urgencia, formar una generación de líderes que le permitan recobrar su competitividad. Es nuestro desafío de sobrevivencia.


1 comentario:

  1. El presente texto periodístico hace una remisión al liderazgo perdido en las empresas locales.

    El liderazgo, como ya hemos estudiado en la asignatura, es aquella habilidad del individuo que le permite estimular y dirigir a otras personas, sus subordinados y colaboradores, a ejecutar las tareas y actividades que el líder considera relevantes e importantes para el logro de los objetivos que tiene asignados. Como se deduce, existe una estrecha relación entre liderazgo y motivación, siendo motivar al líder informal un método eficaz para conseguir la motivación del grupo.

    El liderazgo perdido de las empresas locales tiene cierta conexión con la desmotivación bien de los trabajadores, bien del grupo de trabajo.

    En el texto de prensa que nos ocupa se habla tanto de problemas técnicos como de adaptación, siendo los problemas técnicos más cercanos al desarrollo del trabajo y los problemas de adaptación al cambio que pudiera existir entre las creencias, comportamientos o pensamientos de la propia empresa. También se hace referencia al pensamiento de Heifetz, cuyo pensar se refiere tanto los problemas técnicos como métodos como cuanto los problemas de adaptación a los problemas que pudieran emanar del personal laboral. Por último, se hace reflexión acerca de una investigación estadounidense en la que se hace observancia no solo de dos tipos de problemas sino de otros dos más, incluyéndose los adaptativos y los crónicos como nuevos problemas tanto en el liderazgo como en la motivación del personal laboral.

    Expuesto las ideas centrales, hemos de hacer referencia a la reflexión que podemos deducir de lo expuesto. Puesto que se deduce que se ha de considerar a la gente, siendo uno de los problemas crónicos el no escuchar, dicése que la comunicación o no comunicación con el personal laboral puede influir tanto en su falta de motivación como de liderazgo.

    No solo la adaptación del personal laboral a la empresa es importante sino también los aspectos internos que hacen que esté en un adecuado ambiente de trabajo. El escuchar, reconocer y admirar, refuerce entonces quizás su andadura profesional y su liderazgo o motivación a la que aspirar.

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